Con el buen tiempo llega la “temporada alta” de mudanzas. En verano tenemos más tiempo libre para mudanzas y hay menos inclemencias meteorológicas adversas, o lluvias, vaya. Además, es un buen momento para no interferir en la rutina escolar de tus peques, si los tuvieras. Pues bien, una mudanza se puede hacer con calma y con una sonrisa, deja de lado el estrés y disfruta del viaje hacia tu nueva casa.